miércoles, 18 de abril de 2012

PAUL MCCARTNEY, DOMINGO 15 DE ABRIL, ESTADIO CENTENARIO, MONTEVIDEO, URUGUAY (Primera Crónica Internacional)


Esta primera nota internacional tiene una dedicatoria muy especial, es casi un regalo para la que considero una de mis mejores amigas, sino la mejor amiga, para vos V.A.

Domingo 15 de Abril de 2012, el reloj marca las ocho y media de la mañana. Me encuentro compartiendo un café con medialunas junto a mis amigos Mario y Claudia. En minutos mas estaremos abordando el buque “Eladia Isabel” con destino a Montevideo, República Oriental del Uruguay. El motivo: presenciar por segunda vez en menos de dos años un nuevo recital de Sir Paul McCartney. Claro, esta vez con algunas importantes diferencias con respecto al anterior: es la primera vez que me dirijo a un país extranjero con la intención de ser testigo de un recital de rock, pero no cualquier recital de rock, sino el de uno de los cuatro integrantes de la que fuera la mejor banda de todos los tiempos: The Beatles. Y vaya coincidencias del destino, con los Beatles comencé a disfrutar de esta maravillosa música, y por uno de ellos comienzo a extender mi asistencia a estos magníficos encuentros, ya no sólo en mi país, sino también en el exterior. Y como dijera una amiga: “Que bueno viajar para ver recitales!!!”. Otra diferencia será la de haber tenido el privilegio de disfrutar de uno de los “Fab Four” en la compañía de un gran músico, compañero y amigo de colegio secundario, Mario Collantes, quien junto a Claudia, su gran compañera, fueron dos de los mentores de esta genial idea. La otra mentora, impulsora de este viaje (en gran medida), es la destinataria de esta nota en señal de agradecimiento (Basta de agradecerme!!!).

Nueve y media de la mañana, el “Eladia Isabel” comienza a desplazarse lentamente con el mismo destino de siempre, el mismo recorrido de cada mañana, el rutinario viaje sobre el eterno río marrón mezcla de tango, candombe y rock, pero hoy la música sonará distinta, hoy es día de padres fundadores, hoy es Día de Acción de Gracias en Montevideo. Hoy nos espera el vicepresidente de la mejor fórmula presidencial jamás vista: “Lennon-McCartney”.

Las primeras emociones no se hacen esperar. De a poco comienzo a observar una gran mayoría de pasajeros vistiendo remeras con leyendas de Los Beatles, con símbolos de aquellos hermosos y distantes años sesenta,con el nombre de Paul McCartney grabado en el frente de las mismas, remeras viejas, remeras nuevas, no importa, lo importante es demostrar que hacia allá vamos, único destino: Estadio Centenario de Montevideo. Por cierto, mi remera también muestra orgullosamente esta leyenda: “The Beatles”. Pero el dato mas emotivo, sin dudas, la sorpresa mayúscula diría yo, está dada por la gran cantidad de niños y adolescentes que desfilan sobre la cubierta del “Eladia Isabel” también con remeras de los “Fab Four”. Me quedo observándolos y le comento a mis amigos cuán milagroso que es todo esto, pienso que ninguno de ellos siquiera creció con esta maravillosa música, menos aún pudieron haber sido testigos de la beatlemanía, y sin embargo, ahí están, han sido bendecidos con ese toque mágico y misterioso que genera la música de John, George, Paul y Ringo en los corazones de la gente, o sea, Beatles For Ever.

Al arribar a Colonia del Sacramento, nos está esperando el micro que nos habrá de trasladar hasta Montevideo en un viaje que se antoja breve gracias a la buena onda de los hermanos charrúas, la que me permito resumir en la simpatía que con total sinceridad brotaba de la azafata del micro que, con la mejor sonrisa nos disparó un inesperado, pero oportuno: “Buen recital!!!” (podrá parecer una tontería esto que cuento, pero puedo asegurarles que era notoria la alegría que se dibujaba en el rostro de la uruguaya, la que sin dudas se contagiaba al resto de nosotros). Creo que la brevedad del viaje es también atribuíble a la belleza del paisaje oriental y a la ansiedad generada en lo que estaba por venir. Pasamos por El Cerro, divisamos a lo lejos la costa montevideana, mientras el corazón comienza a latir con mas fuerza…Montevideo está cerca y el Centenario aún mucho mas.

Tras un frugal almuerzo/merienda…que de frugal no tuvo nada, porque la generosidad de porciones en los platos uruguayos creo supera a la nuestra, al menos en este lugar no hay duda de eso, comenzamos nuestro lento peregrinar al estadio.

Al aproximarme al inmenso parque en cuyo centro se encuentra el histórico estadio, empiezo a divisar interminables mareas humanas que en perfecta procesión parecerían querer asistir a una ceremonia religiosa, se me ocurre pensar que tal vez se trate de algún predicador conocido de Liverpool lo que motiva tanto entusiasmo en todos ellos. Decido sumarme a la fila de los fieles feligreses, que guiados por las notas de una partitura que se ha venido escribiendo desde los días de “The Cavern” hasta el presente, no dudan en ser testigos de esta nueva misa musical que, en apenas una breve hora dará inicio, para convertirse en uno de los mejores recuerdos que habré de atesorar junto a mi galería de recitales especiales y léase: “Queen, Estadio de Vélez, 1981”, “Bob Dylan, Estadio de Vélez, 2008”, “Paul McCartney, Estadio River, 2010”, “Ringo Starr, Estadio Luna Park, 2011”, “Roger Waters, Estadio River, años 2007 (“The Dark Side Of The Moon”) y 2012 (“The Wall”)”, y ahora, sin dudas: “Paul McCartney, Estadio Centenario, Uruguay, 2012”.

Una vez dentro del estadio sólo resta esperar el inicio de esta nueva gira mágica y misteriosa, la que tendrá lugar en apenas una escasa hora y media. A cada lado del escenario sendas pantallas comienzan a proyectar distintas imágenes de toda la simbología beatle que se pueda uno imaginar, preludio del recital que está por comenzar. Inmediatamente de terminada esta presentación visual, las luces comienzan a apagarse y tras una intensa cortina de humo, vestido con un impecable traje azul con las mismas características de aquellos que vestía la juventud de los años sesenta, hace su aparición Sir Paul McCartney portando su emblemático bajo Höfner con el que dará inicio a otro de esos grandes recitales a los que ya nos tiene acostumbrados este caballero inglés que no parece tener los setenta años que nos quieren hacer creer que tiene.

El comienzo del recital está marcado por un clásico del cuarteto de Liverpool “Hello, Goodbye”, sin embargo las primeras lágrimas rioplatenses empiezan a aparecer cuando suenan los primeros acordes de “All My Loving”, un tema que nos remonta a aquellos años en “The Cavern”, que nos recuerda a aquellos “Fab Four” enfundados en sus clásicos trajes grises de cuellos negros que despertaban el grito desesperado de las niñas inglesas.

“Jet” es uno de esos temas que junto con el eterno “Band On The Run”, pertenecen a “Wings” la banda post-beatle de Paul McCartney, temas que verdaderamente no pueden negar la fuerte impronta beatle que nuestro amigo les ha sabido incorporar con estribillos pegadizos y melodías de fácil entonación.

Un anuncio se convierte en un regalo inesperado por parte de Paul, va a tocar por primera vez en vivo en Sudamérica uno de los temas del álbum “Help” y con los primeros sonidos de “The Night Before” estalla la locura en el Centenario.

Uno a uno se van sucediendo los temas en esta hermosa noche oriental, uno va disfrutando del paso de “Let Me Roll It”, “Paperback Writer”, el siempre emotivo “The Long and Winding Road”, “I’m Looking Through You”, “Two of Us”, entre otras. Sin embargo el estreno en vivo también del nuevo tema “My Valentine” acompañado por un hermoso video del mismo, canción esta que fuera dedicada a su nueva mujer Nancy Shevell, es realmente uno de esos momentos cumbres de la noche. Creo que otro, bien podría estar dado con la llegada de “Blackbird”, una balada que junto a su inefable “Epiphone” ejecuta Paul dejando en un silencio admirable a mas de sesenta mil almas presentes.

Capítulo aparte para “Dance Tonight”, esta debe ser la única parte del show en que pierde total protagonismo Paul McCartney para cedérselo de muy buen grado al genial “Abe Laboriel Jr.” su baterista, un gigante fenomenal que parado delante de su batería nos regala un simpático estilo de baile donde lo importante son los brazos, mas no los pies, siguiendo con precisión suiza cada ritmo de la melodía. Aplausos interminables para Abe porque realmente se los merece!!! Nos ha hecho reír y mucho!!!

Como si todo esto no fuera suficiente “Mrs.Vandebilt” es uno de esos temas que coreado por todo el Centenario nos recuerda un día domingo con clásico Nacional – Peñarol, ahora bien, en este caso deberíamos decir Liverpool – Everton recordando la mención a Suarez de parte de Paul, no es cierto?

Los homenajes a John y a George no se hacen esperar. Son una constante en cada presentación en vivo de Paul, así es que suenan “Here Today” y “Something”, la primera dedicada al beatle asesinado impiadosamente en Nueva York y la segunda al frente de su ya clásico ukelele en recuerdo del eternamente tímido George Harrison.

“Eleanor Rigby”, “Ob La Di, Ob La Da”, “Back in the USSR”, “I’ve Got a Feeling” y el inesperado “A Day in the Life” que es coronado con el ya conocido “Give Peace a Chance”, el que entonado a esta altura, creo yo, por todo Uruguay, porque realmente la sensación que tuve fue esa, se convierte en el punto de inflexión del recital. Uno infiere que lo mejor está por venir, y no porque lo que hasta aquí se ha podido ver haya sido de menor calidad, al contrario, sino porque lo mas fuerte es lo que nos espera.

Paul McCartney se ubica frente a su piano y los primeros acordes de “Let It Be” convierten al estadio Centenario en algo indescriptible. De pronto me sorprende ver que parte del público se da la vuelta y no mira al escenario, sino a las tribunas. Me pregunto que está ocurriendo y de pronto al mirar, veo…veo una interminable sucesión de luces de todos los colores imaginables, partiendo de teléfonos celulares, encendedores, velas, sí! velas, que nacen de la gran bóveda nocturna del estadio, acompañando la melodía de este clásico de los últimos años del cuarteto de Liverpool. Al observar delante mío noto a un padre junto a su hijo de no mas de catorce o quince años, llorar, la pauta me la da el abrazo fraternal del hijo marcada en esa palmadita en la espalda a la que sólo le faltaría el “Vamos Viejo, sé fuerte!!!” para completar la escena.

“Live and Let Die” es uno de esos momentos sublimes del recital, ya todos sabemos que en este tema la parafernalia de fuegos artificiales y llamas que nos espera será realmente bélica, y estoy en lo cierto, porque de tan bélica que es provoca el acople de la guitarra de Brian Ray con el sonido del piano de Paul, generando una superposición de sonidos, a esta altura de la noche, totalmente perdonables. Solamente con ser testigos de la fuerza de este tema, en conjunto con el tremendo espectáculo de fuegos artificiales, uno sabe que cada peso pagado está absolutamente justificado en esta maravilla de espectáculo.

De “Hey Jude” qué se puede decir que ya no se haya dicho…un tema maravilloso, un juego de Paul con su público que uno lo sabe eterno (“Ahora los hombres, ahora solamente las mujeres”, dicho todo en un agradable español con el mas puro acento inglés), porque aunque un día Sir Paul no esté mas con nosotros, aunque sepamos que algún día nosotros tampoco estaremos, siempre habrá alguien que entonará el incansable estribillo de “Na, na, na, naranaaa, naranaaa…Hey Juuuude”.

Llega el final…el final ? Eso es lo que nos quieren hacer creer, porque es el final de la primera parte, mas ahora llega el comienzo de los bises, y se viene el primero con “Lady Madonna”, “Day Tripper” y “Get Back”. El segundo y último, aunque yo tengo la sensación de que ya vamos por el quinto bis, cerrará con la hermosa “Yesterday” entonada nuevamente, al igual que ocurriera en el estadio Monumental de Buenos Aires, por todo el público poniéndole la piel de gallina a mas de uno, me atrevería a asegurar. Suenan “Helter Skelter”, “Golden Slumbers”, “Carry That Weight” y el cierre definitivo se produce con “The End”. Momento apoteótico!!!

No quiero cerrar esta nota, mi primera crónica internacional en definitiva, sin hacer mención de dos temas, uno: la excelente calidad de la banda que acompaña desde hace mas de diez años a Paul McCartney (Abe Laboriel Jr. en batería, Brian Ray en guitarras y bajo, Rusty Anderson en guitarras y bajo, Paul Wickens en teclados). Es una obviedad decir que el beatle no elegiría jamás músicos mediocres en su banda, pero creo que en este caso en particular uno debe resaltar no sólo la excelente calidad de todos ellos como profesionales, sino también su muy buena onda sobre el escenario, puesta de manifiesto en cada tema, incluso en las pruebas de sonido que tuvieron lugar por la tarde. No se debe olvidar que en una gira de estas características la cantidad de presentaciones suele ser muy alta, con lo cual preservar el buen humor en cada una de ellas, es realmente una verdadera virtud que debe ser reconocida.

El segundo tema es local. Uruguay se ha portado muy bien con todos nosotros, su gente que siempre ha sido reconocida por su amabilidad, lo ha vuelto a ser. Un dato muy interesante es que el país hermano ha sido siempre mucho mas beatlemaníaco que nosotros. Es ilustrativo recordar que allá lejos y hace tiempo los hermanos Fattoruso formaban parte del recordado grupo “Los Shakers”, los que en un estilo muy liverpooliano solían presentarse casi como un símil de Los Beatles versión vernácula. Cuentan los mitos urbanos que alguna vez el famoso tema “Break It All” o “Rompan todo” quiso ser adquirido por Brian Epstein para que fuera tocado por los mismísimos Beatles. Verdad? Mito? Vaya uno a saber…dejemos que el misterio siga flotando…

Con los últimos sonidos de “The End” van atravesando mi mente varios pensamientos que a esta altura de la noche se imponen necesarios: será esta la última vez que veremos a un beatle por estas latitudes? Habrá un próximo Estadio Centenario o Estadio Monumental donde volveremos a disfrutar de esta maravillosa música con la que crecimos? Será otra la ciudad donde nos regale Sir Paul McCartney sus melodías? Alcanzo a ver al siempre eterno muchacho de Liverpool desaparecer del escenario, saluda una y otra vez, parece que el mismo no quiere dejar esta casa, su casa, pienso que también el habrá de preguntarse hasta cuándo podré seguir con esto, cuándo será la hora de retirarse, cuándo la de dejar que el mito se termine de cerrar y forme parte definitiva de la galería de los grandes, esa que hoy ya es ocupada por leyendas como Beethoven, Mozart, Bach, Haydn, Wagner, entre tantos otros…

Sin embargo, tengo una intuición, Paul McCartney está de gira, de gira mágica y misteriosa, como todos nosotros, una gira que tiene inicio, pero que jamás tendrá final.

Comienzo el viaje de vuelta a Buenos Aires, soy parte de una larga procesión de paganos con sonrisas que se me antojan eternas en sus rostros, siento que la buena onda me rodea, creo verme en aquel primitivo video de “Strawberry Fields Forever” saltando en cámara lenta por los parques del Estadio Centenario, he visto por segunda vez en mi vida a un beatle, he visto a Sir Paul McCartney, el vice de la mejor fórmula, el musicalizador de los mejores años de mi vida, el instigador junto a sus tres amigos de Liverpool, de todo esto, de las crónicas, de la guitarra, de la música, y ahora también de las giras mágicas y misteriosas.

Lunes 16 de Abril de 2012, Destino: Puerto de Buenos Aires. El reloj marca las siete y media de la mañana, el sol se asoma en el horizonte, me encuentro sobre la cubierta del buque “Eladia Isabel” volviendo a casa, miro el río marrón mezcla de tango, candombe y rock, pienso en Montevideo, en el Centenario, miro el reflejo del sol sobre el agua, imagino Liverpool, imagino The Beatles in The Cavern, algo me dice que esto aún no termina, tengo la certeza que muchas mas crónicas internacionales me esperan, pues bien, hacia allá vamos. This is not The End.

5 comentarios:

  1. Que tal? muy buena tu crónica. Me gustaría comentarte varios puntos:
    1 - Suena rarísimo eso de que una argentina haya tenido que viajar a Uruguay para ver un recital, siempre son uds los locatarios, una vez nos tenía que tocar a nosotros. Te agradezco en nombre de todos los uruguayos las palabras que tenés para con nosotros con respecto al comportamiento, pero debo aclarar también que en parte se debe a que la gran mayoría de las personas que estaban involucradas en la movida del toque eran mayores, no?, no pretendo prejuzgar a nadie pero lamentablemente una gran afluencia de gente joven hace más proclive la generación de algunos problemas.
    2 - Pasando a lo del recital concretamente, tengo algo para agregar. No sé tu edad, te imagino, por tu forma de expresarte, en una franja comprendida entre los 25 y los 30 años, me equivoco?. Te cuento, yo tengo 41, por lo tanto en el 84, cuando se editó "GIVE MY REGARDS TO BROAD STREET", yo tenía 13 años y recién empezaba a involucrarme en el mundo de la música en inglés, y recuerdo perfectamente que ese disco pasó a ser inmediatamente mi disco de cabecera. Que quiero decir con esto?, que me parece que faltaron muchos temas de los 80, por ejemplo: "No más noche solitaria", "Pipas de la Paz", "Say, say, say", "Ebano y Marfil", "Hope of deliverance", "Good night toonight", "Good day sunshine", o un poquito más nueva como "My brave face", no es a modo de queja, simplemente que muchos de nuestra edad conocimos más al Paul de los 80 y 90 que al de los Beatles y nos quedamos con muchas ganas de revivir esa época. Fue rarísimo, los más veteranos y los más jóvenes se colgaban con las canciones de los beatles y los del "medio" con las de los WINGS o con su etapa en solitario. Te repito que no es a modo de queja, el toque estuvo excelente, increíble, no nos olvidaremos nunca, pero.....que lindo habría estado que hubiéramos podido disfrutar de uno de esoso temas por lo menos, no?
    Gracias por haberte tomado el tiempo y la molestia de hacer el cronograma de loq ue fue tu finde dedicado principalmente al toque de Paul en Uruguay.

    José Pedreira
    jotape971@gmail.com

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  2. Hola José!!! Bueno, vamos por partes. En primer lugar te cuento que tengo 49 años, con lo cual soy mas de Los Beatles que del Paul post Fab Four. Tu comentario es acertado, es cierto, faltaron temas muy de la etapa Wings o del Paul solista, sin dudas. De todos modos, insisto, es muy bueno saber que de ahora en mas tendremos dos sedes para este tipo de encuentros: Montevideo y Buenos Aires, con todo lo que eso implica para cada uno. En mi caso disfruto mucho Uruguay, en primer lugar su gente, en segundo lugar su música (Jaime Roos me parece lo mas!!! Rubén Rada, Mateo, la Falta y Resto, en fin, la lista es larga), sus escritores (Benedetti, Galeano, otra lista larga), y por supuesto su gastronomía inmejorable!!! Me debo ahora sí, una visita para una recorrida exhaustiva de la ciudad, la que no pude hacer el día del recital, atento que viajé exclusivamente para eso. Me alegro que te haya gustado mi crónica, como podrás ver es un hobby que tengo desde hace tiempo el de ir a recitales y comentar mi impresión sobre los mismos. Agradezco tus comentarios, los que me permiten también enriquecer los míos propios sobre estos genios como Paul McCartney. A modo de obsequio, te dejo este pensamiento, el mismo que tuve cuando lo ví en el Monumental al beatle motivo de esta nota: Has visto un beatle, una de las columnas vertebrales de toda la música rock&pop que conocimos en los últimos cuarenta años. A Dios Gracias por ello y al Uruguay por habernos permitido disfrutarlo como lo hicimos en el Centenario!!! Abrazo rioplatense!!! Alberto Della Bianca.

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  3. Alberto, gracias por responder. Le erré por lejos con la edad, no? En fin, con tan pocos años de diferencia parece raro que hayamos disfrutado de distintas etapas de Paul. Con respecto a lo de las dos sedes, esperemos que sea como vos decís, y que a partir de ahora Montevideo entre dentro del circuito de los grandes artistas. Es extraño como siendo tan parecidos somos tan diferentes, artísticamente, por ejemplo, y por eso las cosas del otro lado del charco tienen ese gustito distinto que no es el de todos los días. Cuando te decidas a venir por acá, avisame que trataré de ayudarte en lo que esté a mi alcance.
    Me encantan los cronistas con alma de poeta, esos que no se enfocan solamente en la noticia, sino que integran también todo el entorno y de una manera muy amena, por lo tanto, no es verso, me gusta tu estilo, y ya me propuse leer tus otros relatos.
    Ahora te dejo yo mi primera impresión del toque, fue lo primero que escribí en el Facebook: "ESPECTACULAR, INCREIBLE, lo de ayer de noche fue soberbio. Por momentos se hizo tan ameno el vínculo con Paul Mc Cartney que parecía que estábamos en un recital de esos que vamos seguido, con un artista local, hasta que me caía la ficha que el que estaba ahí arriba fue uno de los Beatles, de los que cambió la historia de la música mundial. Uno de esos que sonaba en nuestras casas cuando éramos chicos, y ahí me corría un frío por la espalda y trataba de registrar lo más posible, que no se escapara nada, intentar retener todo en las retinas y en la memoria. Caía en la cuenta de que esto realmente era histórico, Y YO ESTABA AHÍ!!!!!"
    Abrazo a la distancia. José Pedreira

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  4. Estimado José: Te agradezco tus palabras y tu ofrecimiento de ayuda para cuando vuelva a pisar tierras uruguayas. Simplemente, te dejo esta anécdota de mi propia historia asociada a tu comentario último sobre lo impactante de haber visto a un Beatle. Siendo yo un "botija" el primer disco que llegó a mis manos fue justamente un "Grandes éxitos de Los Beatles" (te cuento que muchos años mas tarde descubrí que se trataba de lo que hoy llamaríamos una edición pirata, una de esas no permitidas, pero que con total desparpajo alguien decidió sacar y poner a la venta en las disquerías). Este disco que te comento, fue un regalo de mi madre, la que un día en que nos dirigíamos de visita a la casa de mi abuela, ante mi pertinaz insistencia, decidió regalarme mi primer disco, no sin antes consultarle al vendedor sobre "el mejor long-play que sonaba en ese momento y que le podía llegar a gustar a una criatura de escasos siete años de edad" (te recuerdo que cronológicamente estamos posicionados en 1971, un año después de la separación del cuarteto de Liverpool, fijate que no es un dato menor). En fin, así llegó ese milagroso disco a mi vida, y así fue que Los Beatles se convirtieron en mis compañeros de ruta hasta el día de hoy (creo que esto también, de algún modo, explica el porqué de mi preferencia por la etapa beatle, sin desmerecer la posterior de Wings y solista de Paul). En realidad, para el período post-beatle de Los Beatles (valga esta especie de redundancia musical), mis pasos se direccionaron mas hacia lo que después se denominaría "rock sinfónico o progresivo", comenzando a abrevar en esa etapa en bandas como Yes, Pink Floyd, Emerson, Lake and Palmer, entre otras, algo que jamás hubiese ocurrido sin Los Beatles, que para mí, como creo que para muchos, han sido los cimientos del edificio musical que uno y cada uno de nosotros ha construído hasta el presente. Abrazo rioplatense!!!

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  5. Alberto,me emocionaste con tu relato de esa noche...que lindo!...y me evocaste muchos recuerdos. Yo soy mas grande que uds, asi que tengo otras vivencias de Los Beatles, lindas y feas. Las feas: en mi casa no me dejaban escucharlos pq eran revolucionarios y no se admitian las revoluciones (!!!)asi que tenia que oir otra musica (nunca tuve discos de ellos) a esa particular edad del secundario, como vos decias...Pero no se daban cuenta: aca viene lo lindo, que se escuchaban en todos lados, que en el colegio habia otras chicas (la mayoria) que escuchaban a la banda sin restricciones y entonces, en los recreos, horas libres, etc, cantabamos esa música, que quedo en el alma. Mis padres tenian razon: fue una revolucion, el mundo cambio; y tambien apareció una nueva musica...y muchas cosas mas...las mujeres de los '70 vivimos muchos cambios...Asi que para mi Paul representa muchas cosas lindas; representa a la vida...70 años!!! y anda por el mundo dando recitales!...hermoso ejemplo de vida...Asi que es un placer leer tu relato del recital... Adhiero a Jose Luis, cuando dice 'los cronistas con alma de poeta' no conocia esta veta tuya, es muy buena...Un abrazo!

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