sábado, 1 de julio de 2023

 THE DARK SIDE OF THE END

Jueves 29 de Junio de 2023

Estadio Luna Park, Buenos Aires, Argentina

 

Pink Floyd, ha sido, es, y seguirá siendo una de las mejores bandas de rock progresivo de la historia. No creo exagerar si me atrevo a afirmar que, en un futuro no muy lejano, su obra será puesta al mismo nivel en el que hoy valoramos a clásicos como Mozart, Beethoven, Bach, y tantos otros músicos que nos han precedido.

The End, ha sido, es, y seguirá siendo una de las mejores bandas tributo a Pink Floyd de estas latitudes (si es que el término tributo es válido, dado que podríamos decir lo mismo de todas las orquestas sinfónicas y/o filarmónicas del mundo que reproducen las obras de los clásicos, sin que esto nos lleve a calificarlas en el mismo sentido).

Una vez más, y van...la excelente banda argentina se presentó en el Estadio Luna Park con un lleno casi total, rindiendo un preciso, fiel y respetuoso homenaje a una de las más emblemáticas composiciones de la banda inglesa como ha sido «The Dark Side of the Moon», al cumplirse 50 años de aquél lejano día de 1973 en que viera la luz este maravilloso álbum.

Sin lugar a dudas, pensar en replicar los mismos sonidos y efectos de la grabación original, tratando de no descuidar ningún detalle, a sabiendas que gran parte de su público conoce la obra de Pink Floyd casi de memoria, pudiendo llegar mucho antes que los mismos músicos a cada uno de los acordes, notas y solos que componen cada tema, es un enorme, por no decir ciclópeo desafío, el que The End superó con creces e intereses.

Basta escucharlos en cada una de sus presentaciones, permitiéndonos el ejercicio de cerrar los ojos por un instante, y así nos podremos imaginar sentados en alguna butaca del London’s Earls Court, allá por 1973 asombrándonos ante tan maravillosa creación de la banda inglesa, replicada fielmente por este excelente grupo de músicos argentinos.

Así, de esta manera, la noche del pasado jueves 29 de junio, cada uno de los temas que integran «El Lado Oscuro de la Luna» fue presentado en el mismo orden del álbum original, en una superlativa muestra de calidad sonora, puesta en escena, maestría musical y vocal, acompañada en todo momento por una acertada conjunción de luces y efectos láser que ponen a The End a la misma altura que las mejores bandas de nuestra época.

La noche, claro está, no llegaría a su punto final con «Eclipse», porque una vez finalizado el merecido homenaje al histórico álbum, la gran banda argentina nos estaría regalando más de una hora de reconocidas composiciones de muchos de los álbumes de Pink Floyd, desfilando así para deleite de nuestros oídos temas tales como «High Hopes», «Wish You Were Here», «Comfortably Numb», «Run Like Hell», «Another Brick In The Wall», «One Of These Days», entre otros.

No sería correcto cerrar esta crónica sin hacer mención de cada uno de los músicos que integran The End y de la brillante labor desempeñada sobre el escenario del Luna Park la noche del pasado jueves:

Gorgui Moffat: un "frontman" al que le ha tocado en suerte un gran desafío, ser la voz cantante de cada uno de los temas de Pink Floyd, lo cual no sería de sorprender dado su excelente desempeño al frente de esta tarea, sin embargo debemos considerar que la banda inglesa nunca tuvo un líder de esta naturaleza atento que las voces eran compartidas y/o repartidas entre David Gilmour, Roger Waters y Richard Wright, lo cual enaltece aún mucho más su labor.

Matías Dietrich: sin lugar a dudas, el mejor David Gilmour de estas latitudes, no solamente es destacable su enorme calidad a la hora de ejecutar cada una de las notas y acordes al frente de su Black Fender Stratocaster, sino además su desempeño frente al Steel Guitar no tiene nada que envidiarle al mismísimo músico nacido en Cambridge.

Chapeau para los solos de «Time», «Comfortably Numb» y «Money», parada difícil si las hay.

Mariano Romano: al frente de la segunda guitarra su desempeño ha sido brillante, no sólo por su sentimiento a la hora de ejecutar cada uno de los temas, sino también porque habiendo estado aquejado por una tendinitis en su mano izquierda, se plantó frente al desafío de tocar durante casi dos horas y media de recital, con un profesionalismo digno de los guitarristas más encumbrados del rock, no creo exagerar si lo comparo con un Clapton, o con un Mark Knopfler.

Juan Folatti: suelo decir que no es lo mismo tocar el bajo, que ser bajista, pues bien, Juan Folatti no es sólo bajista, es un excelente bajista, cada uno de los sonidos emitidos de las cuerdas de su bajo nos golpeaban en el pecho señalándonos el ritmo de cada uno de los temas que sonaron esa noche. Si Matías es el Gilmour de estas latitudes, Folatti es nuestro mejor Waters.

Alejandro Pérez Sarmenti: se ha dicho que Nick Mason no es uno de los mejores bateristas del rock progresivo, lo cual no significa que haya sido malo, al contrario, bien podríamos calificarlo como un gran baterista, sin embargo en el caso de Alejandro Pérez Sarmenti no cabe ninguna duda que, no sólo se trata de un gran baterista, sino que además replicar cada uno de los sonidos de los temas de Pink Floyd con tanta precisión y fidelidad, lo convierte en un brillante baterista (en un futuro no muy lejano se merece tener una de las campanas originales de la «Whitechapel Bell», así disfrutamos mucho más de «High Hopes»).

Martín López Camelo: decir que Dick Parry, el saxofonista de Pink Floyd es algo así como el quinto Floyd, no sería exagerado, ni mucho menos, claro está en la última gira mundial de David Gilmour, su «Dick Parry» fue João Mello, un buen saxofonista brasileño pero que, lamentablemente, no supo estar a la altura del histórico músico de los vientos pinkfloydianos. Sin embargo, acá en nuestro país, Mr. López Camelo, sin lugar a dudas es el Dick Parry que un Gilmour necesitaría, un excelente saxofonista, con un despliegue en escena que provocaría la admiración de los mismísimos Charlie Parker o Stan Getz. Un orgullo que sea argentino y que pertenezca a The End.

Hernán Simó y Charlie Kleppe: la primera pregunta que se impone es porqué dos tecladistas? Seguramente, un fanático de la banda inglesa afirmaría con total convicción que replicar a Richard Wright requiere no menos de dos tecladistas, pues bien, dicha respuesta no estaría tan alejada de la realidad, porque el gran mérito de ambos dos reside no solamente en el grado de concentración y fidelidad a la que se ven obligados cuando han de ejecutar la obra de una de las mejores bandas de rock progresivo de la historia, sino que, y esto es digno de resaltar, lograr imitar los mismos efectos que suenan en el álbum original y como si fuera poco, hacerlo en vivo, es digno también del mayor de los elogios. Chapeau para ambos dos!!!

Las Coristas de The End: aquí me permito una licencia y una disculpa, desconozco los nombres de dos de ellas, una, creo es la que más tiempo lleva en la banda, se trata de Alejandra Peralta, a las otras dos les pido disculpas por no saber sus nombres, sin embargo lo que han generado a la hora de protagonizar «A Great Gig In The Sky» es absolutamente de otro mundo, sus voces son de otra galaxia, han hecho un trabajo de un profesionalismo tal que las sitúa a la misma altura de una Clare Torry, o una Durga McBroom, todo esto sin mencionar sus aportes en cada uno de los temas en los que intervinieron, y como si fuera poco, son tres hermosas féminas.

 

Finalmente, y cerrando, capítulo aparte para los alumnos y alumnas que actuaron e hicieron las veces de coro, imitando a los mismos de la película «The Wall», mientras sonaba «Another Brick In The Wall», excelente performance de todos ellos.

 

Claro, no todos pueden ser elogios, y aquí me permito hacer una observación crítica, desconozco si existió un director de cámaras, pero aquellos que tuvieron la responsabilidad de seguir con sus lentes a cada uno de los músicos, o incluso, de haber existido un director de cámaras responsable de decidir en qué momento enfocar a cada uno de ellos, se notó claramente que desconocían en profundidad cada uno de los temas de Pink Floyd y específicamente el momento en que cada integrante de la banda debía ser focalizado en su respectivo instrumento al momento de pasar a ser el protagonista de un solo de guitarra, de batería, de teclados o de saxo. Una pena, especialmente para con aquellos fans que ubicados en los lugares más distantes del escenario contaban con las pantallas para poder apreciar la enorme calidad del recital que se desarrollaba sobre el escenario del Luna Park.  


El Lado Oscuro de la Luna no termina aquí, de hecho apenas comienza, gracias a la excelente presentación que nos regalaron los integrantes de The End el pasado jueves. Cosmonautas de la música que a través de cada uno de sus instrumentos, de cada una de sus voces, nos llevaron a conocer ese lugar tan secreto y esquivo para el ser humano como es, y ha sido, El Lado Oscuro de la Luna, lado oscuro de vivencias y pensamientos del ser humano, misterios y preguntas sin respuestas que cuatro jóvenes ingleses allá lejos y hace tiempo se encargaron de inmortalizar a través de un emblemático álbum. Ayer Pink Floyd creó la nave, hoy The End se encarga de regalarnos una nueva Gira Mágica y Misteriosa. Gracias Totales The End!!!